Acabamos de finalizar nuestra etapa de hoy.Bueno casi. Vamos a cenar en Villatuerta, un pueblo precioso pero sin jóvenes porque están todos en las fiestas del pueblo vecino.

Pasaremos la noche en una ermita perdida en el camino, a un kilómetro del pueblo. No tiene nada, cuatro paredes y una cruz. Nos sobra.

Esta mandaba hemos empezado tarde porque el despertador no ha tenido suficiente fuerza para despertarnos después de la etapa de ayer.

La etapa de hoy ha sido dura en contra de lo que parecía al principio. Sólo 40 kms pero tan duros cómo los 80 de ayer. Caminos llenos de grava y piedras con pendientes descomunales. Una montaña rusa.

Poco más que contar, empezamos a hacer "amigos" y muchos peregrinos ciclistas van siendo habituales en el camino.

Ahora mismo estamos preparando una mezcla de tallarines a la parmesana y spaghetti a la carbonara rodeados de siete niños que traman algo. Espero que nos dejen cenar tranquilos. Tenemos mucha hambre y esto huele de maravilla.

Mañana más y mejor.
Un abrazo!